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domingo, 26 de junio de 2011

História y bases de la Reflexología



La Reflexología es una terapia natural complementaria al tratamiento medico y preventiva de enfermedades. Es totalmente inocua. Esta técnica se aplica en los pies, manos, orejas y cara, siendo la más conocida y utilizada la podal.

La reflexología se utiliza desde hace unos 5.000 años. Se utilizaba en Egipto, la India y China. Algunos teóricos creen también que los indios de América del Norte llegaron a conocer un cierto tipo de de reflexología, aprendida de los incas de América del Sur.
Pero es a principios del siglo XX cuando el Doctor William H. Fitzgerald se empiezan a establecer las bases de la reflexología moderna, a través de la terapia zonal. Más tarde perfeccionó esta técnica junto a Eunice Ingham (1889-1974). Ingham desarrolló su propia teoría de los reflejos podales, teoría en la que se basa hoy día la reflexología podal.

La reflexología podal utiliza más de 7000 terminaciones nerviosas, puntos reflejos de los órganos y tejidos del cuerpo, para estimular todos los sistemas. La técnica se aplica con las manos y actúa en el sistema nervioso, endocrino y circulatorio, promoviendo la autocuración y reequilibrio físico y mental.

Sus beneficios son muy amplios:

-Libera el estrés y facilita la relajación. Alivia el dolor.
-Mejora la circulación sanguínea, linfática y nerviosa.
-Ayuda al cuerpo a liberar toxinas y limpiarse.
-Refuerza el sistema inmunitario.
-Potencia la autoregulación.
-Ayuda a la persona a conseguir su equilibrio físico y mental.

viernes, 10 de junio de 2011

Barriendo impurezas

Cuento tibetano


Cuentan que un hombre mayor que había recorrido años y kilómetros en la búsqueda del camino espiritual, se topó un día con un monasterio perdido en las sierras.


Al llegar allí, tocó a la puerta y pidió a los monjes que le permitieran quedarse a vivir en ese lugar para recibir enseñanzas espirituales. El hombre era analfabeto, muy poco ilustrado, y los monjes se dieron cuenta de que ni siquiera podría leer los textos sagrados, pero al verlo tan motivado decidieron aceptarlo.


Los monjes comenzaron a darle, sin embargo, tareas que, en un principio, no parecían muy espirituales..


-”Te encargarás de barrer el claustro todos los días” -le dijeron.


El hombre estaba feliz. Al menos, pensó, podría reconfortarse con el silencio reinante en el lugar y disfrutar de la paz del monasterio, lejos del mundanal ruido.


Pasaron los meses, y en el rostro del anciano comenzaron a dibujarse rasgos más serenos, se lo veía contento, con una expresión luminosa en el rostro y mucha calma. Los monjes se dieron cuenta de que el hombre estaba evolucionando en la senda de la paz espiritual de una manera notable.


Un día le preguntaron: -¿”Puedes decirnos qué práctica sigues para hallar sosiego y tener tanta paz interior?


-”Nada en especial. Todos los días, con mucho amor, barro el patio lo mejor que puedo. Y al hacerlo, también siento que barro de mí todas las impurezas de mi corazón, borro los malos sentimientos y elimino totalmente la suciedad de mi alma”.


De este modo el hombre se fue tornando un ejemplo para los monjes, quienes comenzaron a admirarlo y a ofrecerles tareas más importantes, pero el anciano prefirió seguir barriendo las impurezas.


Y cuentan que un día su corazón quedó tan limpio y puro que despertó a la conciencia universal, y aún así, continuó barriendo.


Hay dos maneras de difundir la luz, ser la lámpara que la emite, o el espejo que la refleja". Lin Yutang