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miércoles, 4 de mayo de 2011

Aromaterapia y embarazo



Durante el embarazo es muy importante mantenerse sana, tanto física como emocionalmente, ya que esto afecta directamente en el desarrollo del bebe. El cambio hormonal puede producir problemas como dolor de espalda, estreñimiento, mareos, insominio, problemas circulatorios, retención de líquidos... Es importante una buena alimentación y ejercicio moderado.

La aromaterapia puede ayudar en la mayoría de estas molestias. Realizar un masaje de aromaterapia a una embarazada, es una de las experiencias más gratificantes tanto para la que lo recibe, como para el terapeuta que lo realiza.  Se crea una conexión energética y armoniosa entre la madre, el feto y el terapeuta que los lleva hacia una danza en la que se entremezclan los aromas de lavanda y mandarina, la suavidad del aceite y la calidez de las manos.

Realizaremos el masaje con pasos lentos y armoniosos. Imagina que el cuerpo es un lienzo y tus manos el pincel, has de dibujar cada una de las formas del cuerpo.
En todo momento el terapeuta ha de tener una actitud de respeto y amor hacia la paciente.

Una hermosa forma de contribuir al mejoramiento de la paciente, es imaginar con cada pase, que vamos tocando cada una de las células del cuerpo y de esta forma ir sanándola.

Acondicionaremos la sala con una temperatura agradable, pondremos música relajante y pondremos una barrita de incienso o un difusor con alguna de las esencias que vamos a utilizar en el masaje. La luz de la sala será tenue en el momento del masaje.

Pediremos a la paciente que se tumbe en la camilla, desnuda y boca arriba. La cubriremos con una toalla o manta y la pondremos una almohada, cojín o toallas debajo de las rodillas, de este modo la espalda queda más plana y relajada.
Le diremos con tono suave y delicado que conecte con su respiración, que realice unas respiraciones profundas para relajarse y que se deje llevar para disfrutar del masaje.

1-Comenzaremos el masaje por uno de los pies. Los movimientos los realizaremos siempre en dirección hacia el corazón.
Extenderemos el aceite (previamente calentado a una temperatura agradable) en el pie y masajearemos los dedos, la planta, parte superior, tobillos. Haremos rotar el pie como si quisiéramos dibujar un ocho.  Iremos combinando cada uno de estos pasos, pasando de unos a otros. Realizar también un pase en la zona refleja de la columna para descargar esta zona.
A continuación iremos subiendo hacia la pantorrilla, siempre sin dejar de estar en contacto con la paciente. Pondremos más aceite si es necesario (esto será así durante todo el proceso). Haremos masajes ascendentes con los dedos y con toda la mano. Una de las formas de realizar este masaje, es poner las manos en forma de mariposa apoyando los pulgares en la espinilla y ejerciendo presión, subir las manos recorriendo la forma de la pierna. También se realizaran amasamientos.
Subiremos hacia los muslos. Los pasos son iguales que en las pantorrillas, teniendo en cuenta las presión en la zona de la cara interna del muslo, ya que esta zona es muy sensible al encontrarse los ganglios linfáticos.
En las rodillas masajearemos ejerciendo presión son los dedos, siguiendo la forma de esta. Elevaremos la pierna poniéndola en forma de "V", para poder trabajar por detrás de la rodilla, muslo y pantorrilla.
Coger la pierna y suavemente mover la articulación de la cadera haciéndola rotar en ambas  direcciones.
Por último, hacer pases suaves y superficiales, a modo de caricia, con los dedos en la pierna, terminando con un masaje en el pie, en la zona refleja del plexo solar.
Pasar a la otra pierna y repetir el mismo proceso.

2-Tapar las piernas y destapar el resto del cuerpo. Tomar contacto con el bebe poniendo las manos sobre la barriga y la meceremos suavemente. Si estamos iniciados en Reiki, es el momento de conectar con el bebe y pedirle permiso para transmitirle la energía.
 Extenderemos el aceite suavemente siguiendo el sentido de las agujas del reloj; de derecha a izquierda. En la zona del abdomen están los intestinos, al masajear en esta dirección contribuimos a su buen funcionamiento.
Nos pondremos a la cabeza de la paciente y masajearemos con los dedos la clavícula y el cuello, volviendo de vez en cuando hacia el pecho. El masaje con los dedos podemos realizarlo con las yemas o con la cara interna del dedo pulgar. Realizaremos estiramientos en esta zona, apoyando una mano en el cuello y la otra en el hombro. Tiraremos suavemente.
Giramos la cabeza hacia el otro lado y repetiremos la misma operación.
Desde el tórax se pasan las manos hacia el vientre, prestando especial atención al bajo vientre, ya que es una zona que se carga mucho.

3- Tapamos a la paciente y pasamos a masajear el rostro. En este caso lo haremos como lo haría un ciego; dibujando delicadamente con los dedos la forma del rostro, masajeando barbilla, detrás de las orejas, la frente, pasando por la nariz, pómulos y frente.

Aplicaremos digitopuntura: en la frente empezando por el entrecejo, ejerciendo presión con el dedo corazón de ambas manos, subiendo hacia el nacimiento del pelo; en las cejas empezando también desde el entrecejo hacia el exterior; en la comisura superior de los labios, partiendo del centro hacia el exterior.

Le quitaremos el exceso de aceite con papel.

4- Pasaremos a la mano, masajeando los dedos, palma; similar al masaje en los pies. Entrelazaremos los dedos de nuestras manos con los de la paciente y haremos rotar la mano en ambos sentidos. Al igual que en las piernas, iremos subiendo por los brazos hasta llegar a los hombros.
Pasar a la otra mano.

5- Poner a la paciente de lado. Le pondremos una almohada entre las rodillas para su comodidad. Es el momento de aplicar Reiki. Nos pondremos delante de la barriga y pasaremos los brazos a los lados de la espalda y haremos un balanceo subiendo las manos, sin separarlas del cuerpo, hacia arriba de la espalda con cada movimiento. Trabajaremos sobre todo la zona del cóxis, ya que es una zona que se sobrecarga mucho. En esta zona, apoyaremos la almohadilla de la palma de la mano y haremos círculos sin levantarla. Masajearemos la zona lateral de la espalda, caderas, cintura y subiremos hacia los hombros, los cuales masajearemos igual que las rodillas, presionando con los dedos dibujando su forma.
Bajaremos nuevamente hacia la cadera y de ahí hacia la barriga.
Trabajaremos la zona de las cervicales, la clavícula y hombros.
Cambiar al otro lado y repetir operación.

6- Pondremos a la paciente boca arriba y con el pulgar acariciaremos el entrecejo suavemente y le diremos que conecte con su respiración y que de gracias energéticamente (si la persona conecta con la energías).
Si lo deseamos, podemos aplicar unos minutos de Reiki en el entrecejo (chakra tercer ojo), en el chakra corazón o en el plexo. También en la planta de los pies.

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